Hace algunos meses me planteaba el fundador de una empresa familiar, la cuestión de su «jubilación y la necesidad de ir trabajando en el relevo de la compañía».
Pese a que hora veremos algunas ideas que pueden ayudar este tránsito vital en la empresa familiar, sin duda la comunicación y el aceptar perspectivas diferentes son muy importantes para llevar a buen término este proceso.
Es un hecho histórico que la mitad de las empresas familiares falla en la transición hacia la 2ª generación, y que solo un 20% de las empresas familiares llega a sobrevivir más de 60 años.
Con estos datos en mente, se hace muy relevante preguntarse cómo empresas dirigidas y controladas por familias han logrado superar exitosamente los obstáculos y permanecer generación tras generación.
En primer lugar, hay que aceptar que los problemas más críticos de la empresa familiar como tal, tienen que ver con los problemas relacionados con la familia, más que con los problemas del negocio mismo.
No es que no sean relevantes los temas de negocio, es que en la empresa familiar las consideraciones sobre los valores y conflictos familiares trascienden los aspectos de negocio para incidir de manera determinante en la forma en que se gobierna la compañía.
Otro supuesto que se debe entender es que los problemas claves que atraviesan las empresas familiares son diferentes en función del tiempo y estado de maduración en que se encuentra la empresa/compañía. No son los mismos temas cuando el fundador o un único sucesor tiene el control, que cuando una generación de hermanos dirige, ni los que experimenta una generación de primos al mando del negocio, ni mucho menos cuando se trata de una empresa plurifamiliar.
A continuación desde mi humilde experiencia en consejos de empresa familiar y sobre todo, por la experiencia acumulada en ellos, paso a detallar algunos aspectos claves para dicho TRASPASO:
1. Reconocer el reto. La tarea de manejar la sucesión es muy seria y requiere un gran esfuerzo. La sucesión no es un tema baladí, sino el resultado de un proceso intencionado a lo largo de mucho tiempo. Como decía un sabio “la mejor manera de NO solucionar un problema es ignorarlo”. Suelo decir que es un tema que debe OCUPAR, más que PREOCUPAR.
2. Los problemas son los mismos, aunque las perspectivas son diferentes. Con frecuencia, las familias piensan que su estructura, estilo o inquietudes son únicos. No es así. La sucesión, el financiamiento del crecimiento, la liquidez de la familia, la motivación de los ejecutivos clave que no pertenecen a la familia, o la contratación de miembros de la familia, son todos temas comunes y frecuentes entre las empresas familiares. Sí es clave aceptar que hay diferencias de perspectiva, según la posición que se ocupe en el negocio, en el capital o en la familia, y que estas perspectivas son válidas y razonables, ya que al igual que varía el mercado donde desarrolla la actividad la empresa, lo hace la competencia y la forma de dirección de las nuevas generaciones.
3. La comunicación es indispensable. Las familias que son exitosas han trabajado mucho, muchísimo en la comunicación. La comunicación conduce a la confianza, a compartir las diferentes visiones, y da lugar a la participación. No hablamos solo del nivel formal de los números o reportes. Es un tema mucho más profundo que llega hasta las inquietudes, vulnerabilidades, sentimientos y deseos de las personas, que por otra parte son las que más esfuerzos (que no recursos) requiere la empresa familiar.
4. Sin planificación no hay futuro. Se planifica la sucesión del liderazgo, así como la sucesión en la posesión del capital y en el manejo de los recursos financieros. Y todos los aspectos se encuentran interconectados. No se puede planear aisladamente. Igual de importante es tener clara la figura del sucesor como haber trabajo una buena formación del mismo.
5. Sin compromiso no hay avance. Cuando se está apasionado por los valores familiares y por el aporte de la familia a los negocios, se esta en posición de perpetuar el negocio familiar. Se cree en un espíritu que tiene sentido mantener, heredar y crecer.
En la empresa familiar hay que manejar dos tareas: lograr un negocio exitoso a la vez que una familia exitosa, sólida y sana.