Las historias de cómo empezó una empresa familiar, cuál fue el sueño de su fundador, cómo logró superar las adversidades para sacar adelante el negocio o qué idea estimuló el desarrollo de un nuevo producto o servicio, es uno de los principales valores en la empresa familiar y que necesariamente debe conocerse generación tras generación, puesto que en esa historia van implícitos valores propios de la familia.
Estas son las historias que conforman la esencia de la empresa y que servirán de orientación para la toma de decisiones, así como de motivación para que el trabajo de la organización continúe, con la plena y necesaria participación de todos.
Si contamos una historia que hace a la gente preguntarse sobre nuestra empresa, habremos ganado no solo credibilidad sino que además podemos fidelizar a nuestros clientes.
Todos tenemos una historia, todos tenemos una motivación, una razón por la que hacemos lo que hacemos.
La empresa necesita que se cuente la historia de su vida y la del fundador, que demuestre a sus descendientes la importancia de estar (en la forma que sea, como trabajador o como accionista), compartiendo esfuerzos, responsabilidades y resaltando el orgullo de pertenencia, porque el corazón de la empresa familiar es justamente eso: LA FAMILIA QUE LA COMPONE.